Cultura

Minas Gerais: de camino a su norte extraordinario

Mi intención inicial al viajar a Minas Gerais era la de pasar diez días en el estado y comprar piedras naturales. Sin embargo, una vez allí, descubrí un territorio bellísimo que me impidió partir hasta un mes después. Incluso, si me fuera posible, aún seguiría recorriéndolo, paseando por sus interminables rincones naturales e históricos, repletos de gente amable.

Minas fue una hermosa sorpresa en mi viaje por este país alucinante. Y el norte, con su magia particular, fue uno de los mejores lugares que tuve la suerte de visitar. Partí de Belo Horizonte, bien al centro del estado, pasé por sitios imperdibles, retomé la Estrada Real, y poco a poco me enamoré de esta tierra.

 

Lagoa Santa, historia de nuestra evolución

Este municipio se encuentra a unos 35 km de Belo Horizonte y es muy famoso por los hallazgos arqueológicos descubiertos allí: tales como Luzia, el esqueleto humano más antiguo descubierto en América, con más de once mil años de antigüedad.

Su nombre se debe a ciertas creencias del lugar que aseguran que su agua es curativa porque contiene muchos minerales. Es precioso para visitar. Dos lugares imperdibles son: el Museo Arqueológico que nos ayuda a entender un poco más nuestros orígenes, y la Gruta Lapinha, una obra de arte natural hecha de piedra calcárea y formada hace más de 600 millones de años.


Gruta Lapinha, una maravilla natural

 

Sete Lagoas, atrayente ciudad minera

Al igual que Lagoa Santa, este municipio se encuentra próximo a Belo Horizonte: a menos de 80 km. Principalmente se lo conoce por sus bellísimos lagos y cascadas, por las increíbles vistas de su Sierra Santa Helena y por su famosa Gruta Rei de Mato, la cueva más importante del municipio.

Las siete lagunas son: da Boa Vista, Paulino, da Catarina, da Chácara, do Matadouro, Lagoa José Felix, y do Cercadinho. Al día de hoy, sin embargo, hay muchas más. Las más lindas son da Boa Vista, Paulino y José Felix, preciosas para conocer.

Por otra parte, la Sierra Santa Helena es el punto más alto del municipio y en su cima se encuentra la iglesia colonial Santa Helena. Si se animan, incluso pueden hacer paragliding, una experiencia inolvidable. También pueden visitar el Parque da Cascata, que tiene una hermosa cascada de 35 metros de altura y unas flora y fauna nativas únicas. Es ideal para hacer deportes y caminar.

En cuanto a arquitectura destacada, sugiero visitar la Iglesia Matriz de San Antonio. Fue construida en 1840, contiene pinturas y trabajos artesanales increíbles en su interior, y tiene un estilo que data de la última fase colonial minera.

Otro paseo superinteresante de hacer es recorrer la Gruta Rei do Mato, la principal del municipio Sete Lagoas. Es imponente de ver, con cuatro salones en los que destacan sus columnas paralelas, perfectamente cilíndricas y armónicas. Absolutamente imperdible. 


 Iglesia Matriz de San Antonio (Foto de marcelo lacerda)

 

Serra do Cipó maravillosa

Esta sierra es uno de los lugares más importantes de Minas Gerais, y de los más turísticos. Se ubica sobre la Estrada Real, y está rodeada de piedras naturales de cuarzo, cascadas, cañones, paredones para hacer escalada, cavernas y unos senderos hermosos para caminar.

Se localiza a unos 90 km de Belo Horizonte y es de muy fácil acceso: próximo al aeropuerto, y se puede llegar en auto o en ómnibus. Para conservar sus bellezas naturales y su variedad de fauna y flora única se creó el Parque Nacional de Serra do Cipó, área protegida desde la que se puede observar toda la majestuosidad de la sierra.

La cascada más grande es Farofa, con 70 metros de caída libre. Otras muy lindas de ver son Véu da Noiva y Braúna.

Al ser un lugar muy turístico, cuenta con toda la infraestructura necesaria para cuidar del turista: allí encontrarán lugar para hospedarse, comer y disfrutar del tiempo.


Al pie de la Serra do Cipó

 

Conceiçao do Mato Dentro y su espectacular Tabuleiro

Continuando por la Estrada Real, después de la Serra do Cipó, se llega a esta ciudad que, ubicada a unos 170 km de Belo Horizonte, se sitúa entre montañas, con grandes lagos y cascadas. También encontrarán grutas, piscinas naturales y paisajes que los maravillarán.

Conceiçao do Mato Dentro es muy popular y es considerada la capital minera del ecoturismo por tener la Cachoeira do Tabuleiro, la tercera (cascada) más grande de Brasil. Yo tuve la fortuna de ver muchas y esta sin duda es una de las más hermosas. Tiene 273 metros de caída libre y unos paredones altísimos aptos para hacer escalada.

La cascada forma un gran pozo de agua, cuyo volumen depende de las estaciones, y llega a los 20 metros de profundidad aproximadamente. Si se animan, les sugiero que se sumerjan, aunque con precaución, ya que hay algunas rocas.

Se encuentra en el corazón del Parque Estadual Serra do Intendente, en donde también podrán visitar el Cañón do Peixe Tolo que también tiene una cascada maravillosa.


Cachoeira do Tabuleiro, inmensa

 

Serro, bonita ciudad colonial

Luego de Conceiçao do Mato Dentro, por la Estrada Real, se encuentra este municipio que fue en su momento una de las primeras comarcas de la Capitanía de Minas. Y, al igual que el resto de los municipios, esta ciudad está rodeada de montañas, cascadas y ríos. Se ubica a 230 km de Belo Horizonte y en épocas anteriores fue una ciudad importante Del Camino de los Diamantes.

Serro tiene un rico patrimonio histórico, cultural y arquitectónico, además de una naturaleza que destaca por su belleza. Es famosa por su producción de queso, uno de los más sabrosos de Minas.

Recomiendo visitar las clásicas Igreja Nossa Senhora do Carmo y Capela de Santa Rita, ambas fotografiadas hasta el cansancio. Y en cuanto a sus atractivos naturales, cabe destacar: la cascada Da Cascatinha a unos 5 kilómetros en dirección a Diamantina, la cascada Do Borroquinha ideal para darse un baño en agua cristalina y descansar en su banco de arena, y la cascada Do Malheiros.


La famosa Capela de Santa Rita, en Serro

 

De camino a Milho Verde, rincón inolvidable de Minas

Para llegar hasta Diamantina, la última ciudad de la Estrada Real, se puede ir directo desde Belo Horizonte o podemos ir haciendo paradas, como hice yo y les vengo contando. En ese camino, subiendo por la Estrada Real, es que me topé con este lugar de nombre Milho Verde. Absolutamente paradisíaco.

Allí reina la paz e incluso llegué a pensar que era un pueblo deshabitado, pero días después comprendí que todo depende de la época del año en que lo visites. En julio o en carnaval, por ejemplo, el lugar cuenta con festivales y mucha vida cultural. 

Dispone de posadas, restaurantes, campings, y unos cuantos bares con música en vivo como Armazém o Bambuzinho. E igual vale la pena aclarar: todo siempre en un marco de tranquilidad.

 

Milho natural

Una vez allí conocí a una señora que prepara desayunos con su propia planta de café, jugos con los árboles de su casa, y todo obtenido de su maravilloso quintal. No es raro que esto acontezca en Milho, donde la gente acostumbra a cultivar sus alimentos (y casi todo es deliciosamente natural).

Por otra parte, sus bellezas naturales son diversas. Sus cascadas más próximas, a las que se puede llegar caminando, son: Mohinos y Carijó. Ambas son muy bonitas y perfectas para ir a tomar sol, descansar y bañarse en el agua.

Otro punto al que podrán ir es a Piolho, una bellísima cascada que tiene más de 30 metros de altura y que muchos aprovechan para hacer rapel. Se ubica a 3 km del poblado de Milho y el camino para ir a pie está perfectamente delineado (desde la Igreja Matriz da Nossa Senhora dos Prazeres, un clásico de Milho).

El Lajeado es otro rincón imperdible, que se extiende 4 km. Tiene varios pozos de agua cristalina, preciosos de ver, y nos ofrece la posibilidad de escalar en un paisaje magnífico. Y es que Milho en su totalidad, como dicen los brasileños, los va a apasionar.


El Lajeado, precioso para bañarse

 

Encantador São Gonçalo do Rio das Pedras

A tan solo 7 km de Milho, en dirección a Diamantina, se encuentra este poblado de antiguo caserío colonial que encanta con su naturaleza y simplicidad. Al día de hoy mantiene viva su cultura, sus fiestas religiosas, su gastronomía típica (dulces y vinos deliciosos) y le ofrece al turista artesanías en diferentes materiales, ideales para traernos de souvenir.

En su visita a este lugar podrán conocer la Gruta Seca, una cascada muy bonita, y unas cuantas más tales como do Comércio, Rapadura, Cadete, Retiro y Pacu. Todas valen la pena. Y en cuanto a su patrimonio histórico, no puede faltar la visita a su Igreja Matriz de São Gonçalo, y la Igreja Nossa Senhora do Rosário, ambas muy bien conservadas.

 

Diamantina, la piedra preciosa del Norte

Esta es la última ciudad de la Estrada Real del Camino de Diamantes. Está localizada a unos 300 km de Belo Horizonte y se puede llegar en bus. Desde São Gonçalo es muy cerca, a unos 30 km.

Diamantina fue declarada Patrimonio Histórico de La Humanidad por la UNESCO por su belleza y riqueza histórica, y es que sin duda es una de las ciudades más bonitas que vamos a encontrar en Minas (y también una de las más visitadas de Brasil).

 

Historia, arquitectura y cultura

En el siglo XVIII fueron descubiertos los diamantes y el oro que trajeron mucha riqueza a la región. En este período, el caserío colonial tenía la marca del estilo portugués y también influencia árabe, que hasta hoy son muy bien conservados.

Y para los que conocen la historia de la famosa Xica da Silva, la esclava que fue liberada y se convirtió en un personaje importante luego de su romance con el rey de los diamantes, les cuento que aquí fue donde vivió.

Caminar por su centro histórico es realmente placentero. Además de visitar sus iglesias barrocas como Nossa Senhora do Carmo y São Francisco de Assis, un clásico de Diamantina, también podrán recorrer sus tiendas de artesanías, probar sus comidas típicas, y conocer el Mercado Municipal, el Museo del Diamante y sus bellezas naturales.

Claro que no puede faltar la música folclórica. En Diamantina es muy famosa la Vesperata, que se realiza dos sábados al mes y la ciudad entera se prepara para el acontecimiento. Turistas de todas partes llegan para disfrutar de la música tradicional en vivo, serenatas desde los balcones, matizado con colores, disfraces, flores, comida y bebida. Es una fiesta cultural realmente imperdible. 

Si gustan de ver las representaciones religiosas de Semana Santa, deben saber que este es un sitio donde la viven intensamente, y el domingo de pascuas se convierte en un paisaje de espléndidos colores. Carnaval es otro buen momento para ir, ya que lo viven como una fiesta de alegría y música sin igual.

 

Hospitalaria Diamantina

Es una ciudad preparada para el turismo como pocas. Cuenta con muchos hospedajes y restaurantes, y también es elegida por jóvenes para estudiar (e incluso tiene “repúblicas” -casas de estudiantes- como las de Ouro Preto). En mi caso, cuando llegué al lugar ya era de noche y no tenía mucho presupuesto, golpeé la puerta de una de estas “repúblicas” al azar y pregunté si podía quedarme allí esa noche y ellos, muy gentiles, me ofrecieron quedarme unos cuantos días e incluso me convidaron con todo lo que tenían. Hoy ya son amigos, y es que esas cosas solo suceden en lugares como estos.

Por todo lo anterior es que Diamantina, linda, acogedora, preparada ampliamente para el turismo, es uno de los destinos justificadamente favoritos de todos.

 

Minas es, sin dudas, de los destinos a los que siempre voy a querer volver para descubrir más de sus infinitos tesoros. Y si solo con el norte no basta, también podrás visitar el sur, del que inevitablemente te vas a enamorar.

 

POR CARLA CIAVATTONE

 

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