Playas

La inolvidable Cartagena de Indias

Cartagena querida, Cartagena de antaño 
en tus noches de luna pude yo comprobar 
que si no te recuerdo tu ausencia me hace daño, 
por eso he prometido muy pronto regresar”
                                            Mariano Becker

 

Llegué a Cartagena una tarde de sol, luego varios días grises en Bogotá. Algo desilusionada con el clima colombiano, mantenía las expectativas de conocer esta ciudad que desde pequeña había soñado visitar. Ya al aterrizar en el aeropuerto de Cartagena presentí que todo sería diferente a la estadía en la capital. Cuando arribé finalmente al centro, entre la encrucijada de la Torre del Reloj, con su esplendorosa ciudad amurallada y el inicio del barrio Getsemaní del otro lado, supe certeramente que allí sería feliz.

Imposible no emocionarme al recordar el primer impacto de esos colores bellísimos de las construcciones coloniales, contrastantes con el cielo despejado; y el son de la salsa saliendo de todas las casas y dejando respirar el clima tropical con todo su esplendor. Quedé embrujada desde ese instante y todavía me dura el hechizo.

 

CAMINANDO LA CIUDAD HEROICA

Cartagena es una ciudad cargada de historia. Fundada en 1533 por Pedro Heredia, desde su origen y durante toda la época colonial fue un puerto estratégico, terminal de navegación por el río Magdalena y lugar donde se reunían las flotas españolas procedentes de otros puertos sudamericanos. Las fortalezas y murallas que rodean la ciudad antigua reflejan ese legado histórico, con sus iglesias y plazas, sus floridas casas coloniales, sus cúpulas renacentistas y sus calles típicamente españolas.

“La ciudad heroica”, como la llaman orgullosamente los cartageneros a partir de su independencia, conserva el conjunto de fortificaciones más completo de Sudamérica y un despliegue increíble de arquitectura militar colonial, su principal patrimonio y atracción. Esto le ha valido ser considerada una de las Siete Maravillas de Colombia y la declaración de Patrimonio Histórico de la Humanidad por la UNESCO en 1984. 


La ciudad heroica en todo su esplendor 

 

Ese aire histórico toma su dimensión más festiva en noviembre, cuando se celebra la Independencia de Colombia en la calle, con mucha música y bailes típicos. Y para una experiencia mística completa, detrás de la ciudad amurallada se puede visitar la casa donde vivió el gran escritor colombiano Gabriel García Márquez. Al recorrerla se puede comprender dónde vino la inspiración para “El amor en los tiempos del cólera”, situada en Cartagena. Sin dudas el temple de Florentino Ariza y su amor inquebrantable son parte del carácter heroico de la ciudad.

 

LA CIUDAD AMURALLADA, SU CENTRO HISTÓRICO Y OTROS IMPERDIBLES

Mi primer día en Cartagena reencontré unos viejos amigos y fuimos a tomar mate a la muralla. Terminamos viendo el atardecer en el precioso Café del Mar, al lado de la muralla, uno de los espectáculos naturales más recomendables de la ciudad. Allí supimos que lo que hoy en día se conoce como la "Ciudad Amurallada" empezó su construcción antes del año 1600 y culminó en 1796. La muralla de roca coralina se levantó para proteger la ciudad de los continuos ataques piratas. Hoy, caminar sin afán por sus alrededores es uno de los paseos más agradables de Cartagena.


Vista de la bahía desde la Muralla 
 

Parte del centro histórico se encuentra allí, con algunos puntos de visita obligada: la Plaza de Santo Domingo y su Iglesia (la más antigua de Cartagena), la Iglesia y el Convento de San Pedro Claver, la Plaza de los Coches atravesando la puerta principal donde está la Torre del Reloj, el Palacio de la Inquisición y el Teatro Heredia. Todos ellos guardan su estilo colonial hispano, mezclado con casonas antiguas de balcones cargados de flores, un panorama visual realmente hermoso. El Museo del Oro y el Museo de Arte Moderno (con exposiciones de artistas colombianos), son también más que  interesantes.

Apenas en frente de la Torre del Reloj, está el Parque Centenario, que se pone más bonito durante las fiestas navideñas, cuando se llena de luces. Allí suele haber puestos callejeros a toda hora para comer algo, sobre todo arepas de huevo (comida típica de Colombia con harina de maíz) o beber un exquisito licuado de frutas tropicales. También verán en todas partes los vendedores de “tintos” con sus termos de café por un precio extremadamente barato. Pero si gustan de un buen café (y ya sabemos que Colombia es uno de los representantes más importantes del mundo) y deberán ir a la famosa tienda Juan Valdez en Bocagrande a probar uno de los mejores.


Transitando la ciudad amurallada 

 

Fuera de la ciudad amurallada, es imprescindible ver el Castillo de San Felipe, majestuosa construcción cargada de historia. El Cerro de La Popa, el punto  más elevado de la ciudad, tiene en su cima una Iglesia y Convento coloniales y desde allí se aprecia la vista más amplia de la ciudad. El claustro del Convento de la Popa es uno de los más bellos de Cartagena y de toda Colombia. Está algo lejos del centro histórico; para llegar es necesario tomar un taxi o bus.


Así se ve la ciudad desde el Cerro de la Popa
 

LA NOCHE EN CARTAGENA

La noche de Cartagena tiene tantos colores luminosos como el día. Hay muchos lugares para salir dentro y fuera de la ciudad amurallada -discotecas, restaurantes, bares- e incluso se puede vivir una noche transitando toda la ciudad en la popular “chiva”, un bus con música que va recorriendo Cartagena y es muy usado por los turistas. 

El epicentro de la fiesta, de todas maneras, sigue siendo Getsemaní. Ubicado cerca del Centro de Convenciones, el barrio es una muestra de la mezcla cultural que le dio origen a la ciudad. Visitar la Plaza de la Trinidad es infaltable; hay puestitos donde venden tragos y es el lugar común de los encuentros entre amigos.


Empezando la noche en la Plaza de la Trinidad 

 

Si quieren bailar salsa en un lugar muy pintoresco, tienen que ir a Quiebra Canto (en la esquina contraria a la Torre del Reloj) o a La Habana (calle de la Media Luna), siempre con salsa en vivo. Para escuchar música variada, hay otros bares más nuevos que tienen muy buen ambiente como Tasca María y Laboratorio, también en el barrio Getsemaní.

Todas estas fiestas van acompañadas del aguardiente antioqueño típico, fuerte pero muy rico. Y mientras la “rumba” en Cartagena está siempre a disposición, los que quieren ir a un restaurante tranquilo, caminar por el centro histórico y descansar del ruido del día también pueden disfrutar la noche en la ciudad. Es un lugar elegido por parejas justamente porque sus calles invitan a enamorarse.

 

LA CUMBIA VIENE DE COLOMBIA

Colombia es uno de los países donde se puede descubrir mayor variedad de música autóctona. Y Cartagena es una de las grandes  representantes de esa diversidad musical: se escucha champeta (oriunda de la costa), cumbiavallenatosalsa y variaciones de ritmos afrodescendientes. Aquí me perdí bailando todos los días. No pude evitar que me envolvieran los sonidos desde cada rincón de la ciudad. 

Cartagena es sede de varios festivales y cualquier evento es excusa para ver música en vivo proveniente de diferentes partes del país. Tuve la oportunidad de ir a Palenque de San Basilio, un pueblo cercano, a un festival de música colombiana que se realiza todos los años a mediados de octubre. Allí pude escuchar en vivo "Rebelión" (más conocida como "Esclavitud perpetua") de Joe Arroyo, mi salsa favorita, relatando la historia de la esclavitud, pero cantándola con todo el sabor y la alegría que los caracteriza.

 

 

“La cumbia viene de Colombia”, dicen los colombianos. Es, definitivamente, el ritmo más representativo del país, contagiando al son de sus gaitas, tambores, maracas y guacharaca. Entendí que efectivamente la cumbia es de Colombia cuando vi las niñas de tres años bailando con el sentimiento natural de la música y conocer tantas agrupaciones, algunas famosas y otras no tanto, pero todas con su gracia característica.

Otro festival musical que convoca en Cartagena es el de la Música Clásica Internacional, con músicos de todo el mundo, realizado en enero. Dentro del calendario cultural, en marzo tiene lugar el conocido Festival de Cine, al que vienen celebridades de todo el mundo que seguramente encontrarán en Quiebra Canto a la noche, después de las presentaciones de sus películas.


Los ritmos típicos invaden las calles de Cartagena a todas horas 
 

CARIBE CARTAGENERO

El clima en Cartagena es tropical seco, con una temperatura promedio anual de 28 grados (sí, verano ininterrumpido). Contrarrestando el calor, siempre hay una brisa fresca que genera un clima agradable. Las estaciones lluviosas son entre abril-mayo y octubre-noviembre, pero con la ventaja de que, a diferencia de otras ciudades caribeñas, jamás es tocada por huracanes. Incluso  en pleno octubre, cuando me tocó vivir una lluvia muy intensa, la ciudad llegó a inundarse  pero seguía luciendo maravillosa y con una buena temperatura; y correr por sus calles esa noche fue singularmente lindo. 

Las playas sobre el Mar Caribe –como La BoquillaBocagrandeCastillo GrandeEl Laguito- se ubican en la parte moderna la ciudad, cerca del centro. Aquí se puede apreciar el estilo de vida colombiano, escuchando de fondo el vallenato en vivo con acordeón. Uno de los lugares más lindos para visitar es el restaurante al final de la playa de La Boquilla, donde se puede tomar sol en cómodas reposeras, dormir en hamacas paraguayas y probar un exquisito arroz de coco con pescado frito y patacones, también comida típica de la costa. Y a quienes gusten del windsurf, al lado hay una escuela que alquila equipos para practicarlo. 

Aunque las playas de Cartagena son muy bonitas y con mucha actividad turística, por su carácter urbano no pueden competir en belleza natural con las islas del Rosario o Barú. Si lo que se busca es agua bien turquesa, hay que tomarse el día e ir a Playa Blanca, muy accesible por el mercado de Bazurto o el muelle de los Pegazos, lindo de ver también. 


La belleza del Caribe en la Playa Blanca 
 

DATOS PRÁCTICOS PARA MOVERSE Y QUEDARSE EN LA CIUDAD

Al ser un destino turístico importante, desde Cartagena hay buenas conexiones aéreas y terrestres a todos los rincones del país. El aeropuerto está en el casco urbano, en el barrio de Crespo; varios taxis y buses trasladan fácilmente al centro. Vale la pena visitar la ciudad aunque se tenga poco tiempo ya que en unos días se pueden conocer. Pero si pueden profundizarla, lo recomiendo: en mi caso, fui por pocos días y ¡me quedé casi seis meses!

La oferta hotelera es muy amplia y hay para todas las opciones. Recomiendo el área del centro que es la más bonita, ya sea dentro de la ciudad amurallada o en el barrio Getsemaní, que es más económico y muy típico. Allí estuve viviendo en el Media Luna Hostel (calle de la Media Luna), donde trabajé en la barra del bar y pasé una temporada que recuerdo con gran cariño. El encargado, Andrés, siempre está dispuesto a asesorar a los viajeros en lo que necesiten. (Y un plus: los miércoles hay una fiesta abierta al público en la terraza del hostel con música en vivo, imperdible). El barrio de Bocagrande tiene varios hoteles -más modernos- frente al mar, y puede ser otra buena opción para los que quieren hacer playa.


El barrio de Bocagrande, un buen lugar para alojarse 

 

El centro de la ciudad es accesible para recorrer caminando. Si se quiere ir a los barrios un poco más lejanos, los taxis son económicos y pueden ser compartidos. También hay moto-taxis que recomiendo menos por razones de seguridad (aunque yo usé el servicio muchas veces sin ningún problema) y algunos buses o “busetas”, como le llaman los locales. Es posible rentar una bicicleta y pasear más libremente. Un consejo: los precios en la mayoría de las cosas se regatean. El colombiano está habituado a eso y casi siempre el primer precio es exagerado, pero todo es con mucha amabilidad y sonrisas.

 

INOLVIDABLE LUGAR EN EL MUNDO

Por su panorama multicolor, su aroma a mar y flores, su riquísima historia y su mixtura cultural, sus sonidos y sus sabores típicos, Cartagena es una obra de arte viva. Por los recuerdos que se albergan entre sus calles, sus atardeceres, sus noches mágicas de lluvia y salsa, su gente, y todo lo que aún falta descubrir, Cartagena es inolvidable. No se la pierdan.


El color de Cartagena (foto de Pedro Szekely) 

 

Por Carla Ciavattone

 

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