Playas

Florianópolis, la isla de la magia

“Tenés que venir a Floripa. Es la isla de la magia”, me decía por chat un amigo uruguayo que hace años vive allá y que se sorprendía de que yo conociera toda la costa del norte brasilero pero nunca hubiera ido a Florianópolis, tan cerca de nuestro país. Él, como tantos otros, fue una vez por dos semanas y se quedó a vivir junto a una de las lagunas internas, cautivado por la belleza de los atardeceres entre los morros y esa alegría tan propia de Brasil y de un verano que dura todo el año. Y porque, justamente, pocos lugares combinan tan bien con el verano como nuestro vecino del norte, aproveché mi licencia de enero para, al fin, conocer Floripa.

 

Un puente hacia el paraíso

Florianópolis es la capital del estado brasileño de Santa Catarina, y es una ciudad muy activa en la zona continental, con varios puntos históricos interesantes para conocer en un pequeño city tour y muchísima oferta comercial. Pero los viajeros se alojan en la isla que está frente a la costa (“Ilha de Santa Catarina”), a la que se llega cruzando el icónico puente Hercilio Luz, una de las postales típicas de Florianópolis.

Una vez en la isla, no es fácil elegir dónde nos vamos a alojar, ya que hay decenas de balnearios muy lindos (más de cuarenta playas en total), cada uno con su movida y sus características especiales. De todos modos, una vez instalados, podemos salir a visitar una playa distinta (o más) cada día; incluso hay tours de un día que dan toda la vuelta a la isla para tener un panorama de sus distintas zonas.


Vista panorámica de una de las tantas playas de Florianópolis

 

Las playas del norte: comodidad y diversión para toda la familia

El norte es la zona más elegida por los turistas, ya que tiene balnearios bien desarrollados con todos los servicios y opciones de ocio, y a la vez lindos rincones naturales apenas nos alejamos un poco de las localidades.

Canasvieiras. Es la playa más popular del norte, preferida de uruguayos y argentinos. La infraestructura de alojamientos es excelente y hay una gran variedad de tiendas, restaurantes y bares para salir hasta tarde. Aunque la costa en sí misma no es la más linda de la isla, tiene un puerto de donde salen paseos en lancha y el clásico Barco Pirata, una fiesta temática en alta mar.

Jurerê. De ambiente más sofisticado, Jurerê Internacional apunta a un público más exclusivo. Grandes mansiones, veredas llenas de verde y hoteles de alto nivel conforman el paisaje del balneario. La playa, de aguas mansas y cálidas, es más linda y amplia que la de Cansavieiras. Se puede pasar la tarde caminando por la orilla o descansando en alguno de los restaurantes sobre la arena. 

Ponta das Canas. Es de perfil más bajo y familiar que las dos vecinas. Se ubica en la punta norte de la isla y tiene una preciosa playa de casi dos kilómetros de largo, con algunos establecimientos costeros para comer o alojarse. Es el lugar más elegido por los aficionados a la pesca y otros deportes acuáticos como el jet ski.


Ponta dos Canas es perfecta para practicar deportes acuáticos

 

Praia Brava. Al lado de Lagoinha, mirando al este, está Praia Brava, donde el paisaje marino cambia totalmente mostrando las olas típicas del océano abierto. Por supuesto, es uno de los epicentros del surf en Floripa, y combina el paisaje agreste de los morros con grandes condominios, la mayoría nuevos. Además, tiene un agregado especial: está como escondida entre tres morros.

Praia dos Ingleses. Al sur de la Praia Brava, una gran bahía de casi cinco kilómetros de extensión da lugar a uno de los balnearios con mejor infraestructura de la isla, porque además está en un barrio con muchos residentes permanentes. El agua es calentita y bastante calma, aunque hay días de oleaje más fuerte donde se ven algunos surfistas. Las dunas que separan Ingleses de la Praia do Santinho son muy populares para la práctica del sandboard. Y para los que quieren un día de mucha diversión, en Ingleses está el Agua Show Park, el parque acuático más grande de Floripa, superrecomendable.

Santinho. Bastante menos concurrida (y con alojamientos mucho más caros) que Ingleses, esta playa atrae a los surfistas y a los que quieren aislarse de las multitudes en un entorno más despojado. Las rocas que demarcan la playa de Santinho tienen gran valor arqueológico; allí se encontró arte rupestre de más de cinco milenios de antigüedad.


Santinho, una playa digna de admiración

 

El este de Floripa: el sueño del surfista

El este de la isla se caracteriza por el mar abierto, adorado por los surfistas. La onda es más juvenil que en el norte, aunque hay propuestas para todos los perfiles.

Joaquina. Es LA playa para surfear en Floripa; incluso integra el circuito internacional de los campeonatos del surf (y por eso hay que tener sumo cuidado al bañarse). Esto, sumado a las dunas para sandboard, la convierte en la playa preferida de los jóvenes, con varios bares y paradores cerca de la playa. Y si se tiene la chance de ver el amanecer en la Joaquina, sin dudas será una de las experiencias más mágicas de la estadía en Floripa.

Praia Mole. Las olas fuertes también la convierten en un foco surfista y juvenil, pero con una infraestructura más básica que la de Joaquina y un aire más agreste. No es recomendada para baños si no se sabe nadar bien, aunque eso no es problema siempre que podamos sentarnos a tomar algo en alguno de los bares de playa. En temporada, la fiesta es constante en Praia Mole, que además se considera el principal punto de turismo gay friendly de Florianópolis.


Praia Mole es un imperdible en nuestro viaje a Floripa

 

Barra da Lagoa. Uno de mis lugares predilectos en la isla, quizás por esa aura única que da la conexión entre la laguna y el mar, con sus barquitos pesqueros y el aire pueblerino tan distinto a las playas más norteñas. Los morros cercanos guardan senderos (trilhas) donde parece que nos estamos perdiendo hasta que volvemos a salir al mar para zambullirnos desde las rocas. Barra tiene varios hostales y restaurantes económicos, por lo que si se está cuidando el presupuesto es un buen punto para alojarse algunos días, y aprovechar para conocer otros lugares de la Lagoa da Conceição. 

Campeche. Ubicada en el sureste, es otra hermosa playa surfista, donde ya se empieza a sentir la vibra silvestre típica del sur de la isla. Aunque la playa es espectacular, lo que no hay que perderse por nada del mundo es visitar la Isla Campeche, frente a la costa (hay lanchas que te llevan desde el puerto del balneario). Esta pequeña isla es el punto más paradisíaco de Floripa, con aguas tibias transparentes y una impresionante reserva de vegetación y fauna autóctona.


Imperdible, Campeche es preciosa para visitar

 

Playas del sur: conexión con la naturaleza

El sur es la zona más tranquila y solitariade Florianópolis, un sueño para los que gustan descubrir playas casi desiertas, pero sin tanto entretenimiento para quienes quieren alojarse en lugares más movidos. De todas formas, hay que hacerse un día para visitar el sur y enamorarse de sus paisajes intactos, sobre todo al atardecer.

Pantano do Sul. Es un pueblo de pescadores tradicional, con casas coloridas rodeadas de morros verdes y un mar con olas altas, pero no peligrosas. Tiene localcitos típicos sobre la costa para probar la pesca del día y mariscos. Se puede pasear en barco hasta la increíble playa de Lagoinha; o caminar hasta la pequeña Praia da Solidão, escondida entre morros, donde como bien indica su nombre (“playa de la soledad”), se puede disfrutar el sol sin cruzarse con mucha gente.

Armaçao. Otra localidad pesquera bien tradicional, a la que se suma el encanto de la Iglesia Sant’Anna, del siglo XVIII, la más antigua de la isla. La playa tiene buenas olas y dicen que en algunas épocas se ven ballenas cerca de la costa.

Lagoa do Peri. Varios cerros rodean esta laguna y la separan del Océano, formando uno de los paisajes más bonitos de la isla. El agua es muy serena, con playas de arena ideales para bañarse (sobre todo si se viaja con chicos). La riqueza ecológica del Parque Natural de la Lagoa se presta para salir a explorar un rato, y cortar el día con un almuerzo en el complejo de ocio del lugar.


Visitar el Parque Natural de la Lagoa es un lindo paseo para hacer

 

Joyas históricas al oeste

El oeste es quizás la zona menos conocida por los turistas, ya las playas están cerca del centro, en la bahía interna, y no tienen la espectacularidad del océano. Sin embargo hay lugares interesantes que, si nos da el tiempo, vale la pena descubrir.

Santo Antônio de Lisboa. Fue el primer poblado portugués de la isla, y preserva varias construcciones coloniales. Como amante de las aldeas históricas, fui una tarde a recorrer sus calles antiguas y probar sus tan recomendados mariscos, aún cuando la playa no sea apta para bañarse.

Sambaqui. Otro poblado antiguo, de raíces indígenas, que guarda ese aire aldeano tradicional. Aquí se cultivan ostras y también hay varios lugares para probar la pesca local, mientras se admira el precioso paisaje de rocas, naturaleza y barcos pesqueros.


Disfrutando de un atardecer en Sambaqui, precioso

 

Y un poco más allá…

Aunque Floripa ya tiene muchísimas propuestas como para entretenernos varios días, los viajeros más inquietos no pueden perderse la oportunidad de conocer Camboriú, uno de los balnearios más famosos del sur de Brasil, situado a un breve viaje en bus. Una excursión por el día es suficiente para conocer sus principales atractivos: la extensa playa céntrica bordeada de edificios, la hermosa playa de Laranjeiras alejada del ritmo urbano y el deslumbrante Cristo de la Luz, que regala vistas inolvidables de la ciudad y de noche cautiva con su espectáculo de luces.

 

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