Recorriendo Laos de Norte a Sur

Ya desde el primer día, Laos fue una sorpresa encantadora. Mi curiosidad y entusiasmo fueron aumentando a medida que iba recorriéndolo, por lo que decidí quedarme más tiempo del previsto y conocer su belleza con mayor profundidad.

Desde Vientián, la multifacética capital, me dirigí hacia el norte. Allí descubrí un verdadero paraíso: si hasta el momento me había maravillado con la gente y naturaleza de Laos, me di cuenta que eso había sido solo un principio. Al adentrarme más en su territorio y caminarlo detenidamente, este pequeño país del sudeste asiático se convirtió en uno de mis lugares favoritos en el mundo.

Vang Vieng, una de las ciudades imperdibles

Después de la encantadora Vientián, fui a conocer Vang Vieng, una ciudad muy linda a 160 kilómetros de la capital y a medio camino hacia Luang Prabang. Me agradó mucho su buen ambiente, su naturaleza abundante y el paisaje bellísimo que le da el río Nam Song, que la bordea. Es un lugar bastante turístico dentro de Laos, suele estar lleno de mochileros y sus muchas “Guest Houses” y hoteles están pasando series de TV americanas a toda hora. La vida nocturna es divertida, está lleno de bares y algunas fiestas.

La actividad más famosa en Vang Vieng es el “tubing”: muchos llegan para pasear en el río flotando en gomones. Antes había muchos bares a orillas del río en los que la gente paraba a beber, ahora han cerrado varios porque ocurrían muchos accidentes; pero el tubing sigue siendo muy popular entre locales y turistas.

Tubing en Vang Vieng, la actividad preferida de los turistas

Blue Lagoon y las increíbles cuevas de Vang Vieng

Pero Vang Vieng no es solo fiesta y tubing. En los alrededores hay escenarios naturales esplendorosos para para practicar escalada o trekking. A solo seis kilómetros se llega a Blue Lagoon, un pequeño lago de color azul intenso, ideal para refrescarse con un baño. Se pueden alquilar bicis o motos para llegar y aprovechar a recorrer la zona; para el que no le guste conducir siempre se están disponibles los característicos tuk-tuk. A unos 100 metros de Blue Lagoon está la cueva Poukhman. Es importante llevar linterna, porque es muy oscura y grande, y al final encontrarán un Buda dorado que es el tesoro escondido del lugar.

Hay otras grandes cuevas también cerca, como Tam Jang y el triángulo de Tam Sang o “cueva de elefante” donde se encuentran cuatro cuevas a pocos metros. Además de visitar las cuevas, no hay que perderse la posibilidad de escalar una de las montañas más famosas de Vang Vieng: el Pha Ngeum, de unos 300 metros de altura, con una vista increíble. Es muy recomendable pasar la noche allí y ver el amanecer; una experiencia mágica.

Blue Lagoon, paraíso de laguna y cuevas

La ciudad de los mil templos: Luang Prabang

Luang Prabang es una de las ciudades más bonitas y singulares de todo el sudeste asiático, recorrida por los ríos Mekong y Nam Khan y rodeada de bosques. Aunque dejó de ser la capital de Laos, continúa siendo su principal centro religioso y turístico. Su belleza natural, sus costumbres bien arraigadas y su arquitectura típicamente asiática la convierten en un destino impostergable, que ha sido declarado Patrimonio Histórico de la Humanidad por la Unesco.

Luang Prabang, una de las ciudades más lindas del Sudeste Asiático

Templos y otros lugares imperdibles

Aquí el día comienza temprano: desde las cinco y media de la mañana los monjes recorren las calles en silencio con su Ceremonia de entrega de limosnas llenando de un clima particular la ciudad. Luego, durante el día, hay varios edificios emblemáticos para visitar. El Palacio Real construido en 1903, actual Museo Nacional, es uno de los mayores atractivos. Aquí se guarda la historia de Luang Prabang, y podrán ver el Buda de pie hecho de metales preciosos.

La mezcla de arquitectura budista con la influencia francesa hace que aquí se puedan apreciar los templos budistas más hermosos: hay en total unos cincuenta, por lo que recomiendo ver los más interesantes. Justo al lado del Palacio, se encuentra Wat Mai Suwanna, uno de los más bonitos con su tejado de cinco niveles y bellos relieves dorados. El más importante y típico es Wat Xieng Thong, decorado con tonos rojo vivo, rodeado de vegetación, murales y mosaicos extraordinarios. Otro muy próximo a este es Wat Sensoukaram, con su magnífica fachada dorada y roja, un lugar perfecto para recibir el atardecer, ya que aquí se  reúnen los monjes a realizar su oración.  El templo Wat Chom Si es el más conocido en cuanto a su trascendencia espiritual. Se ubica en el centro de Luang Prabang y nos brinda una vista impresionante desde la colina de Phou Si.  Y Wat Wisunarat,  el más antiguo de la ciudad (del año 1503), tiene una singular estupa esférica que vale la pena apreciar.

El impresionante Templo de Wat Xieng Thong

Naturaleza y misticismo

 Además de lo increíble de sus templos, en Luang Prabang se disfrutan paisajes naturales preciosos. Se puede partir en barco por el Mekong, atravesando una vegetación frondosa, y llegar a la Cueva Pak Ou, un santuario subterráneo donde hay más de 1000 estatuas de Buda, por lo cual recibe peregrinaciones.

Y entre los mejores lugares naturales para visitar en los alrededores de la ciudad están las cataratas Tat Kouang Si y Tat Sae. Se puede ir en moto alquilada, ya que están a menos de 20 kilómetros, viendo en el camino arrozales, montañas y vegetación exuberante. Las cascadas son  ideales para tomar un baño en agua cristalina y descansar al sol, sobre todo Tat Kouang, una de las más impresionantes de Laos, con una caída de agua de 25 metros y un conjunto de cascadas menores donde se forman piscinas naturales. 

Las cascadas Tat Koang Si

Mercado Nocturno

Otra de las cosas imperdibles de Luang Prabang es el pintoresco mercado nocturno. Todas las noches se arma este paseo colorido donde podrán encontrar comida típica y deliciosa, artesanías, telas hechas a mano y  otros miles de souvenirs para traer de regalo. Caminando por las calles transversales podemos probar buffets vegetarianos o pescados y carnes, todo a precios muy económicos, además de los exquisitos batidos de fruta. Como en Vientián, también encontrarán cafeterías con delicioso café y croissant, que mantienen la influencia francesa en el país.

Pueblos con encanto: Nong Khiaw y Muang Khua

A tan solo cuatro horas de bus de Luang Prabang está Nong Khiaw, un pueblo muy bonito rodeado de una naturaleza maravillosa. También se puede llegar en barco; el recorrido es más largo e incómodo pero el camino es espectacular. Este pueblito es recomendable si quieren conocer la profundidad de la cultura laosiana y la tranquilidad característica de allí. Fue duramente bombardeado durante la guerra secreta, pero su belleza natural continua intacta.

Por el pueblito de Nong Khiaw

Desde aquí se puede ir en barco a un pueblo cercano, Muang Khua, también muy lindo, sereno y rodeado de verde. En cualquiera de los dos lugares se puede disfrutar la paz y el sonido del río y los animales. Recomiendo quedarse en alguno de los  bungalows al lado del río y descansar en una hamaca, contemplando la vista a una montaña cubierta de verde.

El maravilloso Sur comienza en Pakse

El punto de partida inevitable para recorrer el sur de Laos es Pakse, la capital de la provincia de Champasak, que formó parte del imperio mítico de Ankor muchos siglos atrás. Aquí no deben dejar de visitar el templo Wat Luang, situado a la orilla del río Se Don, uno de los afluentes del Mekong. La ciudad también cuenta con mercados típicos de Asia, como Tang Freres principalmente de verduras y legumbres o Talat Dao Heung, donde podrán encontrar cualquier cosa que busquen.

Wat Phu Champasak, un lugar sagrado

En la base de la montaña Phu Kao se emplaza este complejo de templos de la época del Imperio Jemer, en el siglo V. Se encuentra en la provincia de Champasak, a seis kilómetros del Mekong, y es uno de los sitios más interesantes del país. Declarado Patrimonio histórico de la Humanidad, Wat Phu tiene una estructura única de tres niveles, y en el superior se encuentra el santuario donde fluyen las “aguas sagradas”. Desde aquí la vista es increíble y podrán entender la inmensidad de lo que fue este sitio. Un verdadero viaje en el tiempo.

El Templo Wat Phu, Patrimonio de la Humanidad

Meseta de Bolaven: café y cascadas en una tierra encantada

Uno de los lugares más hermosos del sudeste asiático es la Meseta de Bolaven, conocida por el cultivo del café, ya que es especialmente fértil para que crezcan los dos tipos más cotizados: el Robusta y el Arábigo. Hay muchas fincas a las que podemos acercarnos para ver de cerca cómo es la producción.

Además de cafetales, en la Meseta de Bolaven habitan pueblos pequeños y etnias diferentes, y podemos explorar la selva con su vegetación variada. Aquí se encuentra la famosa cascada de Tat Fane, una de las más caudalosas de la región, que emerge del verde con una caída de agua de 120 metros. Otra cascada muy visitada es Tat Lo, con muchos sitios para pasar la tarde, merenderos y alojamientos para los viajeros, ideal como punto de base para salir a explorar la meseta en moto o bici. ¡Incluso se  pueden contratar excursiones en elefante!

Otras dos cascadas bonitas para conocer son Tat Hang y Tat Suong; en esta última hay una reserva de animales y árboles de tamaño imponente, donde además podemos comprender más la riqueza cultural de los laosianos y sus diferentes etnias. Por último, recomiendo visitar la cascada Tat Yuang, muy conocida por encontrarse en un entorno natural bellísimo.

Cascada Tat Yuang, uno de los lugares más lindos de la Meseta de Bolaven
 

Sueño de Navidad: 4000 islas

Mi viaje por Laos había llegado a su fin y quería ir a pasar las fiestas con mis amigas en Tailandia, en la hermosa playa de Tonsai. Pero ocurrió un imprevisto y tuve que esperar más tiempo por un trámite en Laos. Como debía quedarme sola hasta el 24 de diciembre, pensé  “por algo pasan las cosas” y decidí cumplir un sueño que había pospuesto: ir a las  hermosas 4000 islas. Fue una de las decisiones mejor tomadas de mi vida.

Las islas más encantadoras al sur de Laos que tienen que visitar son Don Khong, Don Det y  Don Khon.  La primera es la más tranquila, ideal para caminar y comer algo a la orilla del río sintiendo una paz absoluta. Pero sin dudas la más visitada es Don Det, un pequeño pueblo con gente amable, muchos bungalows para rentar al lado del río, bares, comida deliciosa y las puestas de sol más increíbles que puedan imaginar.

Atardecer en la isla Don Det

Desde allí ir caminando (o en bici) hasta Don Khon  es un paseo realmente precioso.  Esta última es más pequeña y tranquila, pero tiene unas cataratas inmensas: Khone Phapheng. Son las mayores del sudeste asiático, con una longitud de diez kilómetros, realmente sorprendentes.

Finalmente pasé la Navidad en un bar de Don Det, con gente desconocida pero que rápidamente pasaron a ser nuevos amigos, y se convirtió en una de las experiencias más inolvidables de mi vida. Laos es uno de los países más acogedores y lindos que conocí, que me dejó por siempre con los mejores recuerdos y con ganas de regresar.

Navidad con amigos en una de las 4000 islas

POR CARLA CIAVATTONE