América del Sur / Brasil

Natal y Pipa: verano eterno en Rio Grande do Norte

Por su condición limítrofe, el estado de Rio Grande do Sul es bien conocido para nosotros. Pero seguramente pocos sabrán que también existe un Rio Grande en el norte, y que es uno de los estados con mejores playas de todo Brasil. Situado en el extremo más oriental del país (la punta que vemos en el mapa), Rio Grande do Norte hace alarde de un clima soleado y veraniego todo el año, con muy pocas lluvias y el mar a una temperatura de 26 grados de enero a diciembre. Para gozar este verano eterno, hay muchos lugares lindos, pero los destinos más visitados son Natal -la capital- y Praia da Pipa, el destino más de moda del Nordeste brasilero, un balneario pequeño pero muy cosmopolita, rodeado de playas vírgenes.

Natal y Pipa están apenas a una hora y media en bus entre sí, por lo que el viaje clásico es llegar a Natal en avión, explorar la ciudad y sus alrededores en un par de días y terminar las vacaciones en Pipa, descubriendo una costa todavía más deslumbrante.

 

Natal, la ciudad entre dunas

La capital de Rio Grande do Norte es moderna, limpia y ordenada, mucho más abarcable que las grandes metrópolis brasileras. Aunque quizás carece de la efervescencia cultural de Salvador o Rio de Janeiro, hay varios paseos lindos para hacer y tiene playas urbanas maravillosas como para tomar sol todo el día antes de salir a tomar algo a la noche. Tres o cuatro días dan bien para conocer lo mejor de la ciudad y su entorno.  

Ponta Negra: La mejor playa de Natal está tan bien preservada que nos hace olvidar que estamos en plena zona urbana. A lo largo de sus tres kilómetros encontramos varias barracas para picar mariscos mirando el mar, que está siempre frecuentado por surfistas. Incluso se puede alquilar una tabla y aprovechar el buen oleaje. Pero la parte más linda es Morro do Careca, una enorme duna adentrada en el mar, en el extremo izquierdo de la playa. Como está protegido no se puede subir, pero el paisaje en este punto es impresionante, y se puede disfrutar cómodamente desde las reposeras de los barcitos sobre la arena.

En torno a la playa de Ponta Negra se extiende el barrio más turístico de Natal, con edificios elegantes y muchos hoteles y posadas de buen nivel. Aquí también se concentra la vida nocturna: cualquier día de la semana encontramos restaurantes y bares con música en vivo, y los findes hay muchas discotecas para salir a bailar hasta tarde.

Dunas de Genipabú: Las excursiones al Parque das Dunas (12 kilómetros al norte de Natal) brindan esa cuota de aventura tan necesaria en todo viaje. Muchas agencias e incluso vendedores en las playas ofrecen tours por el día para recorrer las enormes dunas en buggy, bajando y subiendo las laderas de forma muy vertiginosa y disfrutando paisajes increíbles. Este desierto de arena enmarca una playa tropical preciosa donde se sitúa el balneario de Genipabú, lleno de palmeras, surfistas y barcitos. Aquí también se puede concertar un tour en buggy o incluso vivir la experiencia mágica de subir las dunas en camello. Los que quieren más adrenalina todavía (y cuentan con el tiempo para ello) pueden contratar una excursión en buggy de varios días para hacer la travesía de Natal a Fortaleza, pasando por varios poblados y playas espectaculares.

Forte dos Reis Magos: En pie desde 1598, este fuerte es el principal atractivo histórico de Natal. Por su ubicación privilegiada en una península de la Praia do Meio, la Fortaleza de los Reyes Magos ofrece una de las mejores vistas de la costa, incluyendo el arrecife de coral que bordea la playa y las dunas detrás del Rio Potengi.

Via Costeira: La costanera es extensa y desde cualquier punto regala una vista impresionante del Océano Atlántico, así que pasear por ahí es todo un placer. Praia do Meio y Praia dos Artistas son las playas más cercanas al centro, y aunque hoy han perdido su esplendor de antaño en favor de Ponta Negra (sobre todo después del anochecer), son puntos atractivos para conocer por el día.

 

Pipa, paraíso nordestino

En los últimos años, Pipa se convirtió en uno de los destinos más en onda del Nordeste. No solo atrae a familias brasileras en busca de las mejores playas de su país, sino también a grupos de amigos y viajeros solitarios de todo el mundo que ya han escuchado sobre las maravillas del lugar. Y es que sin perder su aura rústica y ecológica, Pipa lo tiene todo para estar al nivel de los mejores destinos playeros del continente: posadas y hostels de muy buen nivel, restaurantes excelentes, boutiques sofisticadas y muchas opciones para salir a la noche. Y sobre todo, varias playas de ensueño para disfrutar la naturaleza en estado puro.

Paseando por el centro: El pueblo de Pipa es pequeño, con unas pocas calles centrales que dan a la Praia do Centro, la más concurrida. Está llena de barracas, veleros de colores y piscinas naturales tibias, ideales para las familias con niños. Cuando cae el sol y subimos de la playa, da gusto caminar por el centro y ver cómo los bares y tiendas se empiezan a encender. La Avenida dos Golfinhos corre paralela al mar y cuenta con una pasarela de madera que también invita a paseos sin prisa. Allí encontramos algunos restaurantes y un par de discotecas grandes que en temporada alta abren todas las noches.

Praia do Madeiro: A una breve caminata del centro (rocas mediante si vamos por la costa), esta playa es para muchos la más linda de Pipa. La enorme extensión de arena permite descansar lejos de multitudes, y las buenas olas invitan a surfear y a nadar largo rato. Los paredones naturales enmarcan la Praia do Madeiro dándole un fondo especial a cualquier foto que tomemos; pero lo más especial de la playa son los delfines rosados –uno de los emblemas de Pipa- que se ven perfectamente desde la orilla y que nadan muy cerca nuestro si nos adentramos en el mar. También hay abundantes tortugas marinas entre noviembre y mayo.

Baia dos Golfinhos: La población de delfines es todavía más grande en la Baia dos Golfinhos (“golfinho” es “delfín” en portugués). Esta amplia playa está al lado de Madeiro y es el lugar al que hay que ir para tener mayor contacto con estos animales.

Santuario Ecológico: Es una pequeña reserva privada, ubicada a orillas del mar entre las playas Madeiro y Baia dos Golfinhos. Tiene senderos selváticos que llevan a maravillosas vistas costeras, desde donde se aprecian las familias de tortugas y delfines desde lo alto. El Santuario queda a dos kilómetros del centro de Pipa por la calle principal. La entrada vale 10 reales, que se destinan a los trabajos de preservación ecológica de la organización.

Praia do Amor: Quienes eligieron el nombre para esta playa no pudieron ser más atinados. Su belleza natural, cada vez más deshabitada a medida que nos alejamos del pueblo, sin dudas invita a tardes de amor, aunque sea solo amor al sol y a las olas. De hecho, la Praia do Amor ha enamorado a miles de surfistas que la consideran uno de los mejores points del Nordeste, sobre todo en la peligrosa zona de la Praia dos Afogados (otro nombre más que ilustrativo y que nos alerta a permanecer en la arena). Y aunque el surf no sea lo tuyo, siempre se puede disfrutar una caminata tranquila desde el centro (hacia el lado opuesto a Madeiro), pasando las rocas dispersas sobre la arena hasta encontrar un lindo lugar donde tirar el pareo. Que seguramente serán todos los lugares por los que pases. 

 

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