La Gran Manzana bajo cero: una experiencia diferente

Cuando uno se imagina Manhattan, automáticamente piensa en luces brillantes, en edificios tan altos que es imposible ver dónde terminan, en gente de negocios siempre apurada y en paseos en botes por los lagos del Central Park. Todo ello se debe, obviamente, a la influencia de lo que vemos en la mayoría de las películas que se desarrollan en esta ciudad.

Como agentes de viajes siempre les decimos a nuestros clientes: “otoño y primavera son las mejores épocas del año para visitarla y recorrerla a pleno”... pero esas no son las únicas opciones.

Habiendo viajado en febrero de 2014, durante el invierno más frío en Nueva York de los últimos cuarenta años, les puedo asegurar que más allá de la imponente ciudad que es en cualquier estación, verla vestida de blanco tiene su encanto particular.

Es por eso que les voy a dar tres tips y a contar algunas de las ventajas de viajar en invierno a la Gran Manzana, para aquellos que quieran aventurarse.

Tip 1. El frío se combate con calorías

De entre los mejores paseos que se pueden hacer en Nueva York destaco los gastronómicos. Por eso, mi recomendación es hacer un tour de comidas por Chinatown y Little Italy, ¡absolutamente delicioso! Tiene una duración aproximada de tres horas, saliendo desde Little Italy, al sur de la ciudad, en donde se recorren las casas más antiguas y tradicionales de especialidades italianas, en muchos casos aún manejadas por los nietos y bisnietos de los inmigrantes italianos de principios del siglo XX.

Los guías, que por lo general crecieron en el barrio, hacen además una breve pero muy detallada introducción a la historia de esas tres cuadras (sí, el barrio tiene apenas tres), que tienen como joya histórica arquitectónica los famosos Tenements.

Al finalizar, los despiden de la pequeña Italia con unos legendarios cannoli siciliani, para cruzar el Canal St. y entrar como teletransportados a un mundo completamente distinto: Chinatown. La primera parada es Columbus Square, donde originalmente estaba el Five Points, pasando por restaurantes especializados en platos que uno cree que son originarios de la cocina china pero que en realidad son típicamente neoyorkinos, como los dumplings y eggrolls. Para terminar, se visita un tradicional lugar de dim sum (brunch de los domingos), dándole al recorrido una perfecta mezcla de sorpresas para el paladar, datos interesantes y edificios encantadores.

Claro está que la otra forma de sacarse el frío es con bebidas espirituosas. Un dato no muy conocido es que New York, influenciado por la enorme inmigración de irlandeses (además de holandeses y alemanes, entre otros), tiene una gran tradición en cervecerías. Es por eso que no hay nada mejor que un recorrido por las cervecerías artesanales del Beer and Brewery Tour en Brooklyn. La duración del tour es de aproximadamente cuatro horas y en general comienza a las 10am. (por lo que es vital hacer un buen desayuno de base).

Tip 2. Usen el subte

Comprar la Metrocard en cualquier estación es muy fácil, con tarjeta de crédito o incluso efectivo. El sistema de transporte subterráneo de New York es muy simple de usar, extremadamente puntual, muy seguro, opera hasta tarde en la noche y les aseguro que a los dos días de usarlo ya son expertos en líneas y combinaciones

El subte nos ahorra mucho tiempo muerto, nos evita la ropa mojada por la nieve y los pies helados, e incluso nos ahorra mucho dinero.

Tip 3. Un itinerario detallado (hasta hora por hora) es fundamental

En los meses de invierno es posible que el clima impida que se realicen actividades que se tienen planeadas, en especial si son al aire libre. El tener un itinerario marcado, con el tiempo que lleva cada paseo que se va a realizar, nos permite mover o cambiar un paseo por otro y, en caso que lo planificado deba ser cancelado, nos evita que terminemos con tiempo libre sin saber qué hacer.

Por ejemplo: programar las idas a los museos más grandes en días diferentes. Esta puede ser una carta comodín perfecta.

¿Y cuáles son las ventajas de viajar en invierno?

Son bastante obvias, pero ciertas:

1) Es la temporada más baja del año y, por lo tanto, la más económica (sobre todo en lo que es alojamiento).

2) Hay mucha menos gente; o sea, menos filas y tiempo perdido en esperas.

3) Es ideal para ir de compras porque es época de “sales” y descuentos en todas las tiendas.

4) Se consiguen mejores ubicaciones y a precios mucho más bajos en entradas para espectáculos de Broadway, partidos de básquetbol, y conciertos musicales, entre otros.

Un último consejo: ¡anímense y buen viaje! Aquí pueden hacerlo posible.