Cómo conocer Londres en 48 horas

Una capital del mundo como Londres, con tantos siglos de historia y tanta efervescencia cultural, nos llevaría una estadía de varias semanas para conocerla bien. Sin embargo, las excursiones clásicas por Europa no siempre nos dan ese tiempo. Gran parte de los tours por las capitales europeas terminan el viaje con dos o tres días en Londres.

Para sacarle todo el té (digo, jugo) a esa breve estadía, hay que aferrarse a un buen mapa turístico, apelar a los tours panorámicos guiados y preparar la mente y los pies para todo lo maravilloso que la capital británica tiene para mostrarnos. ¿Listos?

Día 1

Una mañana en Westminster

El típico desayuno inglés en el hotel es el estímulo para levantarse antes de las siete. Con la energía proveniente de los huevos fritos, tomates y alubias acompañando las tostadas, salimos hacia el punto de partida imprescindible de Londres: el Trafalgar Square, la plaza central de la ciudad de Westminster, donde se concentran los principales edificios públicos de la capital británica.

Lo lindo de Westminster es que, en una caminata no muy extensa, podemos conocer la mayoría de los grandes iconos londinenses, empezando por el reloj más famoso del mundo: el Big Ben. Junto a él, también mirando al río Támesis y sus puentes, está el espectacular Palacio de Westminster y las casas del Parlamento. El interior de este edificio se puede visitar solo los sábados, pero un paseo breve alcanza para ver su arquitectura. El punto más impactante del paseo es la Abadía de Westminster, la iglesia donde se coronaron y casaron tantos reyes y reinas. A pasos está el número 10 de Downing Street, residencia y casa de gobierno del Primer Ministro.

Vista aérea de Westminster

Luego visitamos otra casa célebre: la de la Reina Isabel. El Palacio de Buckingham es impresionante, y los que llegan a las 11:30 exactas pueden ver el tradicional cambio de mando de la Guardia Británica. Caminando por las calles Oxford Street, Regent Street, Bond Street y Piccadilly (donde está el conocido Piccadilly Circus) seguimos deleitándonos con las típicas construcciones londinenses, donde se instalan tiendas de moda, galerías y excelentes restaurantes de cocina internacional. Mientras, vemos pasar los emblemáticos buses rojos de dos pisos. Apenas es nuestro primer almuerzo en Londres y ya hicimos varios “checks” en nuestra lista de lugares infaltables.

Palacio de Buckingham, imponente

De tarde: tour por la City de Londres

La tarde la dedicamos a otra de las áreas turísticas de Londres: la City, el casco antiguo de la ciudad, fundado por los romanos hace un milenio. Entre iglesias medievales y rascacielos llenos de oficinas, turistas sacando fotos y ejecutivos de un lado a otro (salvo los fines de semana, cuando la City descansa), vamos descubriendo algunos de los puntos más importantes de este distrito histórico y financiero.

El recorrido comienza en la construcción más representativa del área: la Catedral de Saint Paul, levantada en 1666 y la única de estilo renacentista en Londres. Cerca podemos visitar Guildhall, la sede del gobierno de la City; y continuar caminando hasta Bank, uno de los puntos más importantes de la cuidad, llamado así por ser aledaño al famoso Banco de Inglaterra. En esta zona encontramos la Mansion House con su interesante fachada de estilo romano (aunque fue construida en el siglo XVIII), el Templo de Mithras (que sí es de origen romano).

El famoso Banco de Inglaterra

En contraste con la arquitectura antigua del distrito, se destacan dos edificios modernos: el Gherkin (traducido como “el pepinillo” por su forma particular), y el Lloyd’s Building (lleno de ascensores exteriores que le dan un aire industrial). El paseo no puede terminar sin visitar el Leadenhall Market, un mercado techado del siglo XVI, que preserva su aura de antaño en cada uno de sus pubs y tiendas. Los fans de Harry Potter reconocerán aquí el callejón Diagon de la película, ya que fue el lugar donde se filmó.

Son las cinco de la tarde, y no puede faltar el “afternoon tea” tan preciado por la cultura inglesa. Si hay energía para moverse hacia otros barrios (y conocer un poco más), se puede tomar el metro hasta King’s Cross o Mayfair y elegir algún salón de estilo vintage. Té negro, sándwiches de pepino, scones y tortas deliciosas… Nada mejor que este rato de calma para recargar energía tras tanta caminata.

King’s Cross, también conocido por la saga Harry Potter

Noche: una vuelta por el Soho

Cae la noche y, como toda gran ciudad, Londres se ilumina para regalarnos una velada mágica. Y no hay mejor lugar para vivir la noche londinense que en el Soho, una zona entre Westminster y el West End, donde se concentran los pubs, teatros y restaurantes más animados y cosmopolitas de la capital.

Una caminata por la Old Compton Street nos da un pantallazo de ese ambiente vanguardista del Soho de Londres: muestras de arte, boutiques de diseño, bares a la moda y hasta sexshops. Algunas opciones para una salida multicultural en el Soho: cena asiática en Chinatown, cerveza y jazz en vivo en alguna de las tabernas legendarias de la zona o un espectáculo burlesque en uno de los cafés de estilo francés. Es medianoche y estamos listos para un descanso reparador en el hotel.

Chinatown, inconfundible

Día 2

La mañana en el Castillo de Windsor

Empezamos el segundo día escapando del ajetreo urbano para hacer uno de los paseos más lindos de toda Inglaterra: la excursión al hermoso Castillo de Windsor. Hay muchas opciones de tours guiados de medio día, que nos pasean por la ribera del río Támesis entre los valles de la campiña inglesa, hasta llegar al histórico pueblo de Windsor, donde se encuentra el castillo habitado más grande y antiguo del mundo.

Las excursiones a Windsor incluyen la entrada al castillo, a la famosa Capilla de San Jorge y a la “Queen Mary’s Dolls’ House”, una residencia Real a la escala de una casa de muñecas.

El Castillo de Windsor, uno de los tantos de Londres, un espectáculo

Tarde: los imperdibles de Southbank

Llegamos después del mediodía al centro de Londres, por lo que nos quedan algunas horas para visitar algunos símbolos londinenses que quedaron pendientes el día anterior, en la orilla opuesta a Westminster y la City. El primero es el London Eye, la rueda gigante más grande de Europa, creada en el 2000 para recibir el nuevo milenio. Vistas panorámicas increíbles del Támesis bordeando la ciudad y un poco de adrenalina para arrancar la tarde. Al lado está el London Dungeon, otro de los lugares paradigmáticos para tomar una foto de la ciudad, con el Big Ben al otro lado del Támesis.

Por la misma ribera, en Southwark se encuentra el fascinante Museo Tate. Aunque llevaría todo un día recorrerlo a fondo, los amantes del arte no pueden perderse la oportunidad de ingresar a una de las mayores instituciones del arte moderno en el mundo. Saliendo del museo nos topamos con el Millennium Bridge, un puente para peatones desde donde se observan las dos caras del río y los demás puentes sobre el Támesis. Un gran sitio para ver el atardecer.

El famoso Millennium Bridge, que cuelga sobre el Támesis 

Noche shakespeariana

Justo frente al Puente del Milenio está el Globe Theatre (Teatro Globo), la atracción obligada para los que alguna vez se emocionaron con Romeo y Julieta. Esta sala recrea el auténtico teatro isabelino del siglo XVI, y se sitúa casi en el mismo lugar en que estaba el Globo original, donde se vieron por primera vez las obras de Shakespeare. Todos los días se pueden ver piezas clásicas del dramaturgo, tal cual se representaron hace siglos ante la Reina Isabel.

Globe Theatre

Salimos sintiéndonos como uno de los espectadores de la peli Shakespeare apasionado. ¿Cómo completar una noche épica en Londres? Con un brindis en el tradicional Anchor Bankside, mirando al Támesis. Sabiendo que no es un adiós, sino un hasta pronto.

Te invitamos a hacer click aquí y comenzar tu viaje.